Relaciones de pareja: La armonía
Cuando
se entabla una relación de pareja de manera comprometida se viven
nuevas facetas del amor, y empezaremos a trabajar el vivir con armonía. Si la vida en común se vive de modo
positivo, se evolucionará del amor pasional y apasionado del
principio, hasta la plena compenetración, comprensión y aceptación
del modo de ser del otro, a medida que se va ganando madurez. En una relación de pareja
aprendemos a pensar en términos colectivos en vez del modo individual; y por las reacciones de nuestro
compañero se aprenden a descubrir muchos puntos débiles de nosotros
mismos.
La
vida en pareja, cuando se vive bien, es el medio más completo y
eficaz para alcanzar una rápida maduración afectiva y del carácter.
Pero
por otra parte, en la relación de pareja van surgiendo uno por uno, todos los
problemas internos que, sin darnos cuenta, aportamos a
nuestras parejas. Problemas de inseguridad, de orgullo, de
resentimiento, de autoritarismo. Cuando por ambas partes no existe
comprensión y buena voluntad para ir superando de un modo
inteligente y generoso las crisis provocadas por tales tendencias, la
convivencia se convierte en una lucha permanente por la propia
independencia y supremacía. Cuando esto pasa, se suele tener una
actitud cerrada y atacante con la pareja, y se buscan compensaciones
de todo orden fuera de nosotros mismos.
¿Cómo
podemos hacer que surja la armonía en nuestras relaciones de pareja?
Aunque
no hay esquemas preestablecidos, y cada pareja debe encontrar su
manera afilando su sensibilidad, si existen ciertos criterios que
facilitan o dificultan la relación de pareja. Según el psicólogo Joan Garriga, estas son las cinco condiciones necesarias que sirven
para reconocer si estamos con una pareja que nos permitirá vivir en
armonía, teniendo nuestros asuntos del corazón alegres y serenos.
1.-
El primer condicionante parar que surja la armonia es que sea FÁCIL; que la
relación fluya sin demasiado esfuerzo, que las cosas sean cómodas y
que no tengamos que malgastar grandes cantidades de energía en
emociones, o que nos obligue a luchar contra éstas. Cuando esta
característica se da en la pareja, existe una comunión real, una
comodidad que no es rutinaria, aquí no existen dramas ni tragedias,
sólo bienestar. Todo se desenvuelve con naturalidad, las cosas
resultan fáciles, y la relación fluye con naturalidad.
2.-
La segunda es que se trate de personas cuya naturaleza no sea
demasiado incompatible, no demasiado diferente. Que la comprensión
del otro no esté mas allá de nuestras capacidades. A menudo la
fascinación amorosa ignora con soberbia la incompatibilidad de dos personas, que creen amarse de buena fe, pero que carecen de
la posibilidad de una comprensión verdadera. La compatibilidad del
hombre y la mujer descansa sobre la diferencia, pero también sobre
la posibilidad de asociación, implicación y complicidad.
3.-
La tercera condición es que los miembros de la pareja sean
verdaderos compañeros, que se sientan como tales, acompañados, ya
que el otro es también un amigo, y la amistad no se desgasta con el
curso de los años. Que puedan compartir sus peculiaridades, gustos,
intereses, diferencias, complicidades. Que tengan alguien al que
entienden y que les entiende. Desde este punto se enfatiza que la
pareja es una relación de acompañamiento, con propósitos comunes,
donde juntos miran todo los que es importante para ambos en los
recovecos de sus almas.
4.-
La cuarta condición es tener confianza plena en el otro. Que no sea
necesario temer, desconfiar o protegerse para poder reencontrar un
corazón inocente. Que el otro nos inspire confianza plena sobre la
cual se pueda cimentar un amor duradero, susceptible de crecimiento.
Que tengamos la certeza que el otro quiere nuestro bien. Esto es
importante, porque si compartimos nuestra vida con alguien y no
estamos seguros de esto, empezaremos a tensarnos y a tener miedo, y
el miedo es el peor enemigo del amor y de la apertura de corazón.
Ahora
bien, tenemos que saber que cualquier vínculo de intimidad
importante trae sus dolores, de manera que nuestra pareja en
cualquier momento puede dañarnos y nosotros a ella. Confianza
significa esperar que el otro cumpla sus compromisos y procure
nuestro bien, pero debemos ser conscientes de que en algún momento,
tal vez no lo haga, y aceptarlo teniendo la certeza de que podremos
resistirlo y sobreponernos a ello. La confianza por definición no
exije garantías.
5.-
La quinta y última, es la más difícil de cumplir: el deseo
espontáneo de que el otro esté bien, lo cual quiere decir, el deseo
de que esté bien, por encima de nuestros miedos o carencias.
Consiste en ver al otro con la inteligencia del corazón y no sólo a
través de nuestras proyecciones y anhelos, así lo amamos como es y
le damos lo que necesita y espera recibir. Se trata de encontrar la
propia felicidad en la plenitud del otro.
Según
nos dice el psicólogo Joan Garriga, no conoce a ninguna pareja que
cumpla las cinco condiciones a rajatabla, y
que aquellas parejas que sólo cumplen una o dos condiciones, lo
pasan realmente mal... Os dejamos un vídeo donde explica bastante
bien cómo lograr el bienestar en la pareja. Buena recta final de semana a
todxs!
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