jueves, 19 de noviembre de 2015

RELACION DE PAREJA II: Condiciones para que surja la armonía.

Relaciones de pareja: La armonía

Cuando se entabla una relación de pareja de manera comprometida se viven nuevas facetas del amor, y empezaremos a trabajar el vivir con armonía. Si la vida en común se vive de modo positivo, se evolucionará del amor pasional y apasionado del principio, hasta la plena compenetración, comprensión y aceptación del modo de ser del otro, a medida que se va ganando madurez. En una relación de pareja aprendemos a pensar en términos colectivos en vez del modo individual; y por las reacciones de nuestro compañero se aprenden a descubrir muchos puntos débiles de nosotros mismos.

La vida en pareja, cuando se vive bien, es el medio más completo y eficaz para alcanzar una rápida maduración afectiva y del carácter.

Pero por otra parte, en la relación de pareja van surgiendo uno por uno, todos los problemas internos que, sin darnos cuenta, aportamos a nuestras parejas. Problemas de inseguridad, de orgullo, de resentimiento, de autoritarismo. Cuando por ambas partes no existe comprensión y buena voluntad para ir superando de un modo inteligente y generoso las crisis provocadas por tales tendencias, la convivencia se convierte en una lucha permanente por la propia independencia y supremacía. Cuando esto pasa, se suele tener una actitud cerrada y atacante con la pareja, y se buscan compensaciones de todo orden fuera de nosotros mismos.

¿Cómo podemos hacer que surja la armonía en nuestras relaciones de pareja?


Aunque no hay esquemas preestablecidos, y cada pareja debe encontrar su manera afilando su sensibilidad, si existen ciertos criterios que facilitan o dificultan la relación de pareja. Según el psicólogo Joan Garriga, estas son las cinco condiciones necesarias que sirven para reconocer si estamos con una pareja que nos permitirá vivir en armonía, teniendo nuestros asuntos del corazón alegres y serenos.


1.- El primer condicionante parar que surja la armonia es que sea FÁCIL; que la relación fluya sin demasiado esfuerzo, que las cosas sean cómodas y que no tengamos que malgastar grandes cantidades de energía en emociones, o que nos obligue a luchar contra éstas. Cuando esta característica se da en la pareja, existe una comunión real, una comodidad que no es rutinaria, aquí no existen dramas ni tragedias, sólo bienestar. Todo se desenvuelve con naturalidad, las cosas resultan fáciles, y la relación fluye con naturalidad.



2.- La segunda es que se trate de personas cuya naturaleza no sea demasiado incompatible, no demasiado diferente. Que la comprensión del otro no esté mas allá de nuestras capacidades. A menudo la fascinación amorosa ignora con soberbia la incompatibilidad de dos personas, que creen amarse de buena fe, pero que carecen de la posibilidad de una comprensión verdadera. La compatibilidad del hombre y la mujer descansa sobre la diferencia, pero también sobre la posibilidad de asociación, implicación y complicidad.


3.- La tercera condición es que los miembros de la pareja sean verdaderos compañeros, que se sientan como tales, acompañados, ya que el otro es también un amigo, y la amistad no se desgasta con el curso de los años. Que puedan compartir sus peculiaridades, gustos, intereses, diferencias, complicidades. Que tengan alguien al que entienden y que les entiende. Desde este punto se enfatiza que la pareja es una relación de acompañamiento, con propósitos comunes, donde juntos miran todo los que es importante para ambos en los recovecos de sus almas.



4.- La cuarta condición es tener confianza plena en el otro. Que no sea necesario temer, desconfiar o protegerse para poder reencontrar un corazón inocente. Que el otro nos inspire confianza plena sobre la cual se pueda cimentar un amor duradero, susceptible de crecimiento. Que tengamos la certeza que el otro quiere nuestro bien. Esto es importante, porque si compartimos nuestra vida con alguien y no estamos seguros de esto, empezaremos a tensarnos y a tener miedo, y el miedo es el peor enemigo del amor y de la apertura de corazón. 
 

Ahora bien, tenemos que saber que cualquier vínculo de intimidad importante trae sus dolores, de manera que nuestra pareja en cualquier momento puede dañarnos y nosotros a ella. Confianza significa esperar que el otro cumpla sus compromisos y procure nuestro bien, pero debemos ser conscientes de que en algún momento, tal vez no lo haga, y aceptarlo teniendo la certeza de que podremos resistirlo y sobreponernos a ello. La confianza por definición no exije garantías.


5.- La quinta y última, es la más difícil de cumplir: el deseo espontáneo de que el otro esté bien, lo cual quiere decir, el deseo de que esté bien, por encima de nuestros miedos o carencias. Consiste en ver al otro con la inteligencia del corazón y no sólo a través de nuestras proyecciones y anhelos, así lo amamos como es y le damos lo que necesita y espera recibir. Se trata de encontrar la propia felicidad en la plenitud del otro.



Según nos dice el psicólogo Joan Garriga, no conoce a ninguna pareja que cumpla las cinco condiciones a rajatabla, y que aquellas parejas que sólo cumplen una o dos condiciones, lo pasan realmente mal... Os dejamos un vídeo donde explica bastante bien cómo lograr el bienestar en la pareja. Buena recta final de semana a todxs! 

 

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