jueves, 10 de diciembre de 2015

Vínculos emocionales. ¿Cómo nos relacionamos con los demás?

¿Sabes relacionarte con los demás?

Nuestro cerebro está programado para conectar con los demás. Una de sus funciones es crear vínculos con las personas con las que nos relacionamos. Este puente neuronal hace que seamos permeables al efecto que los demás provocan en nosotros y viceversa. Cuanto mayor es el vínculo emocional que nos une a alguien, mayor es su impacto. 

Durante estos acoplamientos neuronales se ejecuta una danza emocional, acompañada de multitud de sentimientos. Son las relaciones sociales las que actúan como moduladores de estas sensaciones, y es importante conocer este mecanismo, porque aunque tenemos la necesidad de relacionarnos, estos vínculos son armas de doble filo; si bien las relaciones positivas tienen un impacto beneficioso sobre nuestra salud, las tóxicas pueden acabar envenenando lentamente nuestro cuerpo. 

Las relaciones sociales que mayor satisfacción nos van a proporcionar son aquellas que activan esquemas afectivos y pautas de relación que se solapan y crean campos compartidos de bienestar. Exisen muchos mensajes sociales que vienen de penalidades y frustraciones anteriores que nos impiden desarrollar estas habilidades.. "no te fíes de nadie", "con los demás hay que imponerse y controlarlo todo" ó "adaptate a los demás y todo te irá bien"... etc. Al relacionarnos con los demás no existen pautas establecidas, pero si lo hacemos con confianza, nos sentiremos en paz, empezaremos a no tener miedo y a abrir el corazón.

¿Qué pasa cuando al relacionarnos con otros sentimos esa punzada interior que nos provoca un intercambio negativo? ¿Cómo nos estamos relacionando? Los psicólogos definen a este tipo de encuentros como "relaciones instrumentales", van desde el simple distanciamiento, hasta manipulaciones mas complejas. Cuando utilizamos este tipo de relaciones, consideramos a los demás como simples medios pàra conseguir nuestros objetivos. Cada vez que nos despreocupamos de los sentimientos de los demás y sólo atendemos a lo que nos interesa de ellos, estamos manteniendo una relación "instrumental".

La relaciones instrumentales son útiles para la vida cotidiana. Es necesario mantener esa "distancia" para realizar multitud de tareas de nuestra vida diaria (ir al médico, a la compra, hablar con clientes, proveedores, montarnos en el autobus, etc), no podemos pretender "crear vínculos significativos" con todos los que nos cruzamos en un diario. 

El problema surge cuando esperamos "conectar" con alguien y esa persona "no asume" el grado de implicación que ansiamos. Nos sentimos angustiados, y esto tiene fundamento neuronal; nuestro cerebro activa la misma región cerebral que cuando se sufre daño físico. Se manda una señal de alerta a otras partes del cerebro para que actuen en consecuencia. En caso extremos de rechazo podemos sentir "esa sensación angustiosa como de dolor corporal".(ejemplo; "tengo el corazón roto","has herido mis sentimientos"...).

Lo contrario a esa modalidad egocéntrica de relación, es la "sensación sentida" de ser objeto de interés y empatía de otra persona. De esta forma creamos un estado de comunicación real con los demás, interesándonos por sus sentimientos y sentiéndonos transformados por ellos. La experiencia de unidad (la sensación de fusión de identidad con alguien) aumenta cuando asumimos la perspectiva de otra persona y se consolida cuando contemplamos las cosas desde su punto de vista. Esta es una experiencia que cuando la empatía es mutua, cobra una especial resonancia.

Seriamos demasiado exigentes si aspirásemos a que todo encuentro con los demás fuera "sentido". La vida cotidiana oscila entre ambas modalidades de relación, apareciendo la segunda en los momentos de mayor conexión.

El bienestar y el equilibrio en las relaciones que mantiene una persona no depende de la cantidad de contactos sociales, ni de la frecuencia con la que se relacione con ellos, sino del  reconocimiento y aceptación que experimentamos al relacionarnos con los otros, sentimientos que no se pueden fabricar artificialmente, se dan o no se dan. Se trata de ver a los otros con la inteligencia del corazón, de encontrar la felicidad en la plenitud de los otros.

Herramientas para potenciar relaciones satisfactorias :
  • Apego: capacidad de establecer lazos afectivos con otras personas.
  • Empatía: capacidad de ponerse en el lugar del otro y entenderle.
  • Asertividad: capacidad de defender los propios derechos y opiniones sin dañar a los demás. "Tanto tú como yo somos importante"
  • Cooperación: capacidad de colaborar con los demás para lograr un objetivo común.
  • Comunicación: capacidad de expresar y escuchar. Sentimientos, emociones, ideas, etc.
  • Autocontrol: capacidad de interpretar las creencias y sentimientos propios y controlar los impulsos.
  • Comprensión de situaciones: capacidad para entender las situaciones sociales y no tomarlas como algo personal, o culparse de determinadas cosas.
  • Resolución de conflictos: capacidad para interpretar un conflicto y sacar alternativas de solución al mismo.
Tenemos todas las competencias emocionales para canalizar emociones y sentimientos, aprendamos a manejar nuestra vulnerabilidad, y los propios límites. Cuanto más nos identifiquemos con alguien, más se fundirán nuestras categorias mentales, una fusión inconsciente que hace suponer que lo más importante para el otro, también es lo más importante para nosotros. 


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